Como rasgo identificativo de nuestra labor educativa,
pretendemos construir una casa abierta

A la hora de programar las diferentes actividades, tenemos en cuenta:
A través de la Casa – Escuela, compartimos con los/as chicos/as experiencia y conocimiento de:
Vivencias cristianas.
Potenciación de la autoestima.
Convivencia pacífica y fraternal, compartiendo lo máximo posible.
Vida sana y respetuosa con su propio cuerpo y el ajeno
Ambiente familiar afectivo.
Apoyo en el estudio y hábito exigente de trabajo.
Alternativas de tiempo libre y diversión sana.
Variadas expresiones artísticas y de trabajos manuales.
Análisis de la realidad local, nacional e internacional.
Relaciones personales sinceras, tolerantes, desinteresadas y abiertas.
Organización y resolución de problemas en asamblea.
Métodos concretos:
Coordinación, buscando una meta común, y buena relación entre los/as educadores/as.
Dedicación diaria y prioritaria a los/as chicos/as, escuchando, dialogando y apoyando en estudios.
Formación continua procurando incorporar y descubrir todas aquellas experiencias y conocimientos positivos que nos puedan ser útiles, sin cerrarnos al cambio.
Cercanía y exigencia entre los/las que formamos la comunidad, implicando el nacimiento de una amistad espontánea.
Adquisición de hábitos de lectura del periódico y redacción-escritura.
Cumplimiento con las responsabilidades en la Casa.
Austeridad de medios, búsqueda de satisfacciones y diversiones no ligadas al consumismo.
Viajes a otros países y ciudades
Acampadas y salidas al medio rural.
Afrontamiento de todo tipo de problema, sin prejuicios, profesionalmente, buscando las soluciones dentro o fuera, siendo los más frecuentes en la actualidad los relacionados con la droga, la agresividad y la sexualidad.
- Gestión clara, con acceso para todos/as, buscando el máximo aprovechamiento de las instalaciones mediante una gran disciplina económica.